
El 6 de febrero del 2015 nos despedimos de nuestras familias en el aeropuerto. Yo llorando como si se hubiese muerto un familiar (tanto que la chica de migraciones me pregunto ¿“señorita se encuentra bien? y Marcos me tuvo que pegar un codazo para que deje de llorar y no piensen que me estaba secuestrando) y el bastante más compuesto.
Nuestro primer destino fue Manly, un suburbio de Sídney, donde ya habíamos hablado con unas chicas Argentinas que vivían ahí para compartir casa (Es un lugar muy caro, sobre todo si acabas de llegar y no tenes trabajo). A la semana de llegar nos fuimos al "corso" (la peatonal principal donde están todos los restaurantes y bares) a tirar curriculums. A la hora de estar caminando frenamos en una heladería. Marcos no quiso tirar su CV asique me esperó en la puerta. Cuando entré y pregunté si estaban necesitando empleados, la dueña, Tony me dijo "Si, estamos necesitando una mujer y un varón". Me di vuelta y le hice señas con la mano a Marcos para que entre. Nos hizo un par de preguntas para tantear nuestro nivel de inglés (bastante oxidado ya que ninguno de los dos lo hablaba desde el colegio) y nos contrató. "Empiezan la semana que viene".

Trabajamos juntos por un tiempo. Marcos hacía los helados en la cocina y yo los vendía en el mostrador. A la noche teníamos que guardar los helados en un freezer gigante, descongelar las heladeras, limpiar todo el chocolate y el helado derretido de los pisos y cerrar. ¡Nunca subestimen el trabajo de un heladero porque no saben lo que es! ¿la parte positiva? ¡nos podíamos llevar todos los días un cono con dos bochas de helado bañado en chocolate derretido, con crema chantilly y una nuez!

A los dos meses yo conseguí trabajo de niñera para complementar mis turnos en la heladería, y Marcos consiguió otras changas. Después de un tiempo él dejó la heladería para hacer un poco de todo (trabajó de obrero, jardinero, en un lavadero de autos, como repositor en un depósito de una marca de artículos de surf, hizo mudanzas, y hasta limpió un boliche, aunque este último le duró menos de una semana). Al tiempo yo también dejé la heladería y empecé a trabajar de niñera full time. También nos mudamos a otra casa (Marcos ya estaba harto de vivir con 4 mujeres) y nos fuimos a vivir a otra que compartíamos con otras 7 personas, en total éramos 9, todos Argentinos y la única mujer era yo.

Con la plata que ahorramos en los primeros 4 meses en Australia nos compramos una van con un colchón en el baúl y recorrimos por dos meses la costa este Australiana. Después nos fuimos por un mes a Indonesia. Volvimos a Manly, vendimos la van, trabajamos dos meses más y nos fuimos a Japón por dos semanas a ver la semi y la final del mundial de clubes donde jugaba River contra el Barcelona. De ahí volvimos nuevamente a Manly, trabajamos unos meses más y como se nos acababa la visa nos fuimos a viajar tres meses por Asia. Fuimos a varias islas del sur de Tailandia, después a surfear a Sri Lanka, y de ahí a la India. Cuando nos quedamos sin plata volvimos a Australia con una visa de tránsito, agarramos nuestras valijas, nos despedimos de los miles de amigos que nos hicimos y el 6 de abril del 2016 volvimos a casa.

Los 6 meses de viaje se habían convertido en 14. Se había encendido en nuestros corazones una llama, había nacido en nosotros una gran pasión: VIAJAR